viernes, 8 de octubre de 2010

El Sentidito del humor





Por extraño que parezca, este artículo has sido publicado en el diario 3 y 1/2

¡Qué difícil es reírse de uno mismo, tener sentido del humor y que por todo ello – o a pesar de ello – te tomen en serio!

¿A qué viene este homenaje al sentido del humor? Pues sencillamente a algo ocurrido hace unos días, pero antes déjenme que haga una de esas disquisiciones “cerroubédicas”  (de los cerros de Úbeda para los que no sepan que me invento palabras) que al final explicará la frase que encabeza este texto.

¿Conocen ustedes los premios IgNobel? ¿No? Pues no saben lo que se pierden. Son una especie de anti-nobeles. Son premios que se conceden a investigaciones y artículos publicados en revistas que, en principio, son inútiles.

Pero solo en principio, porque déjenme que les enumere algunos de estos premios:

·         Promocionar al personal de una empresa de forma azarosa es más efectivo que hacerlo con algún criterio. ¿Ustedes creen que esto es absurdo? Entonces tienen dos opciones si miran a su alrededor: O realmente ascienden a quien se lo merece o si ascienden al inútil ese, ¿Cómo seremos los demás?

·         La introducción de un dedo en el ano favorece que desaparezca el hipo. ¿Alguna duda?

·         Los síntomas del asma pueden ser tratados con una vuelta en la montaña rusa.

·         La gente se cae menos si camina sobre la nieve con los calcetines por fuera de los zapatos.

·         Introducir una rana en un campo magnético y hacer que ésta levite.

·         Y mi favorito: La Coca-cola reduce la movilidad de los espermatozoides, investigado por un equipo canadiense. Este premio se ha concedido al mismo tiempo a otro equipo de investigadores japoneses que han descubierto que el consumo de Coca-cola NO reduce la movilidad de los bichitos.

Muy bien. Ya nos hemos reído bastante a costa de la ciencia. El Nobel de física de este año se lo han dado a unos señores que revolucionarán la informática, las comunicaciones y gran parte de nuestra forma de vivir mediante sus trabajos sobre un material llamado Grafito.

Pues ahora agárrense a cosas de agarrar porque uno de los señores del Grafito –parece el título de una película, ¿verdad? – y el señor que hizo levitar a la rana…son el mismo.

¿Ustedes tomarían en serio a alguien que hace levitar ranas? Seamos sinceros si no han perdido esa costumbre. La respuesta es no. Como tampoco se tomarían en serio a alguien que fuera con una camiseta amarilla y los dientes de Bob Esponja pintados en ella. Pues bien, yo les digo que al de la camiseta amarilla, que conozco personalmente, hace un maravilloso trabajo investigando sobre la organización del cerebro y sus aplicaciones para evitar los dolores en pacientes tetrapléjicos.

Por el contrario tomamos en serio a esos tipos trajeados que aparecen todos los días en televisión diciendo que tiene este o aquel plan para solucionar la crisis, el hambre o los problemas financieros del mundo entero. Luego jamás los solucionan, pero van trajeados e inconscientemente –mas inconscientemente que nunca – tendemos a hacerles caso.

Ahora un poco de demagogia: la inteligencia no se compra pero los trajes los encontramos hasta en las tiendas de chinos. Así que cuando alguien les diga que es capaz de quitarle el hipo de una innovadora forma, en principio corra si es su deseo pero no deje de tomárselo en serio.

Así está el mundo, así lo veo yo, y así trato de contárselo.

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