lunes, 11 de octubre de 2010

Lo que 104 km enseñan

Nota: Este post está escrito con la mirada puesta en los 104 km que separan Madrid de Segovia. Pero con poco esfuerzo metafórico es aplicable a muchos otros ámbitos de la vida. Al menos de la mia.

Porque antes de afrontar 104 kilómetros no hay mas que un abismo que debes superar paso a paso. Abismo que se acrecienta cuando llevas tantos que contarlos, o recordarlos, duele.

Porque conocer en el camino a quien comparte sueños, hace que el sueño sea más grande.

Porque saber que antes de empezar a soñar alguien comparte ese sueño y te acompaña en los últimos mil pasos, hace que el sueño enmascare todos los dolores que arrastras en el cuerpo y el alma.

Porque saber que quien te llama al móvil en de mitad del camino para saber cómo va todo te está diciendo que no estás solo, que va contigo. Y ese peso en el alma alivia el peso de las piernas.

Porque aprendes, aprendes a hacer la cosas solo, aprendes a hacerlas en compañía y aprendes a compartirlas.

Porque 104.000 pasos después no darías ni uno más. Pero hay que darlo y sabes que se puede dar.

Porque cuando todo se vuelve en tu contra y estás a una llamada de teléfono de tirarlo todo por los oscuros abismos, sabes que no debes hacerla porque saldrás más fuerte.



Porque puedes, puedes y puedes. Y si puedes soñar, debes soñar, pero sobre todo debes andar para sentir de que material son los sueños, que olor tienen, y que un sueño, aunque lo cumplas, es siempre un sueño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguro que, si has llegado aquí, es porque eres una persona educada. Demuéstralo. Gracias